SÍNDROME POSTVACACIONAL
La definición técnica de lo que es el síndrome postvacacional, habla del estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento. Vamos, para entendernos, las pocas ganas de volver a incorporarse al puesto de trabajo y las muchas dificultades y desgana que se tienen los primeros días.
Podemos incorporar esta misma definición a las pocas ganas que también los alumnos tienen a volver a las aulas, o cualquiera que se incorpore a las rutinas. Y aunque nos surge la disyuntiva que seguro es mucho peor el síndrome del parado que se incorpora a su desdichada rutina de todos los lunes (parado al sol…), en esta ocasión, nos centramos en aquel síndrome de los afortunados que pueden volver a su puesto de trabajo.
Después de unos días de asueto, no nos engañemos, también nos pasa cualquier lunes del año, reincorporarnos a nuestra rutina laboral, cuesta. ¿A todo el mundo por igual?. Ni mucho menos, y aquí es donde veremos algunas razones que se dan para que el síndrome postvacacional sea mayor en unas personas que en otras.
Si nos ponemos a citar las causas, nos encontramos las ya muy manidas. La principal, esa incorporación de nuevo al trabajo que nos lleva a:
- Periodo de estrés ante los nuevos horarios.
- Reencuentro con las obligaciones habituales.
- Ausencia de periodos de tranquilidad.
- Cambio de estilo de vida (o reencontrarnos con el que teníamos).
Pero tengamos muy presente, que en muchos casos, más de los que imaginamos, la gravedad de la tristeza, este síntoma, es proporcional al malestar laboral que ya teníamos antes de las vacaciones. De ello, podemos deducir, que las causas no están tanto en las vacaciones y su regreso, sino en el ambiente o las condiciones laborales que nos encontramos a la vuelta. Deberías incidir en ello entonces para “padecer” menos síntomas postvacacionales, pero ello ya en otra ocasión…
Los síntomas de este síndrome postvacacional van variar en función de cada uno, pero pueden rondar:
- Ansiedad
- Mal estar general.
- Desanimo
- Sofocos, sudoración.
- Desgana, falta de concentración, descenso de rendimiento.
¿Se da igual en todos los trabajador@s?. En absoluto y varia según se dan determinadas circunstancias:
- Quien ha “huido” de su trabajo para ir de vacaciones, le da pánico regresar. Vuelve al lugar de sus desdichas.
- Quien desea y aprovecha esos días de asueto para estar más tiempo con familia y amigos, regresa a la rutina alejada de los suyos, sin tiempo para disfrutar del cariño de su compañía.
- Aquel que aprovecha esos días para sus pasiones, viajes, deporte, cultura, sabe que regresa al tiempo de obligado “descanso”.
- Quien sufre determinadas situaciones en el trabajo, malas condiciones, liderazgos mal entendido, acoso, vejaciones, indiferencia, invisibilidad, sabe que regresa a su particular “infierno”.
Las situaciones anteriores, dan pie más fácil a que aparezcan los síntomas del miedo postvacacional que no es otro que terror a la vuelta a su rutina laboral.
Como quiera que debemos superar estas situaciones, ponernos las pilas, y meternos en rutina lo antes posible, aquí van algunas medidas que pueden ayudarnos a superar o sobrellevar mejor el síndrome postvacacional. Seguro que no todas nos funcionan e incluso pueden faltar muchas, pero por algunas vamos a empezar.
- Distribución de las vacaciones. Repartir o dividir el periodo vacacional a lo largo del año. (si se puede…)
- Ritmo. Regresar con antelación de las vacaciones para ir tomado ritmo habitual.
- Reincorporarnos al trabajo un día de la semana que no sea lunes.
- Aceptar que determinados pensamientos negativos sobre el trabajo serán frecuentes en los primeros días (o todo el año…).
- No hacer separaciones tan extremas entre vida personal y vida profesional. El trabajo puede y debe ser también una fuente de satisfacción, y del ocio a veces no disfrutamos tanto como decimos o queremos.
- Realismo. Disfrutar las vacaciones pero ser conscientes que no van a resolver los problemas de nuestra vida.
- Realizar actividades gratificantes también en días laborables (si se puede…). Eso de que la vida buena solo se da el fin de semana, es otro mito que no ayuda.
- En tiempo de descanso intentar hacer algo completamente diferente que permita a la persona desconectar del entorno laboral. No sería bueno ir a un sitio donde se haga lo mismo y se vea a las mismas personas, pero en pantalón corto. Lo deseable es tener intereses aparte del trabajo pero que puedan realizarse durante todo el año.
- Trabajar en intentar adoptar una actitud positiva ante el regreso, lo que supone evitar la queja.
- Afrontar la vuelta como un nuevo periodo vital, en el que desarrollar nuevas actividades y plantearte nuevos objetivos, por sencillos que sean, para el crecimiento personal y profesional. Durante los últimos días de vacaciones puedes ponerte a planificar un poquito, sin agobiarte…, para incrementar tu ilusión con nuevos pequeños y grandes retos.
- Posponer las decisiones laborales importantes si se sufre un estado emocional negativo, de tristeza o desánimo. Ya habrá tiempo.
- Comienza de manera gradual. Tu rendimiento aumentará en unos días. Ponerte al día en una sola jornada te cansará y frustrará.
- Avisa a pocas personas de que has vuelto, así tendrás tiempo de ponerte al día sin tener que sumar compromisos sociales que también pueden ser estresantes.
- Descansar. Duerme 7 u 8 horas al día para estar más positivo y tener energía.
- Deja todo lo que no sea necesario para la semana siguiente y así la transición será más ligera. No hagas recados durante los primeros días, ir al banco, hacer la compra, visitar parientes…
- Procura seguir con tus aficiones el resto del año. Practica deporte o queda con los amigos en los días laborables para mantener la sensaciones de que estas de vacaciones.
- Una buena relación interpersonal con jefes y compañeros (cuidado que esta es también una de las razones del grado del síndrome postvacacional) hará muchos más sencillo el proceso de readaptación tras las vacaciones. Si te llevas bien con, los compañeros de trabajo, la vuelta será más sencilla.
- Preparar. Para que el retorno sea un poco más agradable es útil preparar las labores con antelación al período vacacional de manera que al volver no haya muchos temas pendientes.
Una vez puesta en marcha algunas de estas iniciativas, cuando la rutina laboral y personal ya nos inunda, posiblemente tengamos mejor humor, aprovechemos mejor los ratos de ocio e incluso muchos días te levantes con ganas de incorporarte al trabajo. Si por contra, en dos semanas, te encuentras con el “síndrome postfindesemana”, la conclusión más certera es que te encuentres con un problema laboral y eso ya requiere otro tratamiento.
Mientras tanto, disfruta lo posible en el trabajo, los tiempos de descanso, los momentos de ocio y la compañía de los tuyos.
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