
RUNNING, EFECTO ANSIOLÍTICO Y ANTIDEPRESIVO.
Hace unos años, en los inicios de la crisis a finales de la década pasada, un colega me decía que según aumentaban las listas del paro, aumentaban los y las practicantes del running. Y me fijaba en tal afirmación y no sé si guardaba relación, pero cada día veías más runners practicando ya no sé si un deporte, pero si una forma de escapismo.
Al mismo tiempo, nos lo empezaban a “recetar” como una buena terapia contra el estrés y como los niveles de presión en las organizaciones aumentaban, también aumentaban los runners. Y empezabas a ver corredores cuando aún no había amanecido, al mediodía o por la noche sirviéndose de frontales para iluminarse.
Así, a los habituales corredores se sumaban quienes empleaban este deporte para combatir su situación de desempleo y quienes lo utilizaban como elemento contra su ansiedad derivada del estrés en el trabajo.
Desconozco cuales han sido los resultados, pero ojala todos aquell@s que sufrieron el desempleo hayan vuelto al mercado laboral y aquell@s que no podían con su nivel de estrés, hoy lleven las exigencias laborales mucho mejor. Lo que si comprobamos es que muchos de los que empezaron, empezamos, por aquellas razones, ahí siguen, corriendo y haciendo de este deporte ya un hábito.
Más allá de las causas, el estrés, la ansiedad y la depresión están ya consideradas las enfermedades del siglo XXI y se calcula que irán a más en los próximos años. Se situaran entre las más incapacitantes que existen. Sin embargo, “echar a correr”, puede darnos la oportunidad para librarnos de ellas. Ojo, me centro aquí en el running, pero cualquier práctica deportiva, de ocio y entretenimiento puede librarnos de esas enfermedades.
Diferentes estudios, lo vemos también en nuestras realidades, demuestran que el estrés prolongado generan graves daños en el cerebro. Pensamientos y experiencias negativas y de tristeza predisponen al cerebro y desestabilizan el funcionamiento de nuestro organismo. Esto provoca una disminución de las defensas del sistema inmune ante enfermedades como cardiopatías, accidentes cerebro vasculares o el cáncer.
Pero también nuestro cuerpo, su actividad y estado, pueden influir en nuestros pensamientos. La práctica de deportes como el running, repito, cualquier otro nos vale, puede generar niveles de confianza, entusiasmo, socialización y actividad que mejoren nuestras emociones y pensamientos.
Salir a correr (practicar deporte o cualquier otra actividad que nos relaje) en estado de estrés o depresión, supone una especie de masaje par el cerebro. Estas actividades se traducen en estabilidad emocional. Curiosamente, el running produce el aumento de un opiáceo: la endorfina, relacionada con el placer, el bienestar y la disminución de la sensación de dolor. Esta actúa como una droga natural en nuestro cuerpo, que engancha e invita a salir más a correr.
Aunque nos centramos en el running, convengamos entonces que todas las actividades deportivas, ocio y entretenimiento, tienen un efecto ansiolítico y antidepresivo. Por tanto, dejemos de pastillas y calcémonos las zapatillas!!!!!!
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