DEPORTE ESCOLAR, DEPORTE DE BASE.
No pretendo explicar, de hecho no tengo ni idea, de los beneficios físicos, mentales y emocionales, que la practica de la actividad deportiva tiene para nuestros chavales y chavalas. No es mi ámbito y además de contar batallitas, solo pretendería dar con un minuto de gloria en la red y no voy por ahí.
Sin embargo, si pretendo analizar la suspensión del deporte escolar, desde otra perspectiva donde me muevo más cómodo. Incluso lo vinculare con alguna otra prohibición que también tiene su “letra pequeña”.
Hoy todo es Covid. Todo se justifica, explica, argumenta, vende, prohíbe, por aquello de la pandemia. Y más allá de cualquier cuestionamiento, critica, que por supuesto, ni mucho menos tengo la razón ni la verdad para detallar diez acciones que seguro nos sacan de esta. Decir también, porque no me puedo callar, que estoy de negacionistas, apocalipticos, irresponsables y descerebrados ya muy cansado.
En todo caso vamos a lo que nos ocupa y a ese análisis que prometía. A principios de curso, por septiembre y después de que nuestros chavales y chavalas, estuvieran desde marzo en casa, con lo que ello implica, los miedos y la cautela embargaban a las familias, madres y padres en la vuelta al cole. Pensaban, pensábamos, que los contagios se iban a multiplicar por aquello de las bombas víricas que parecían ser los más jóvenes. Sin embargo, no pensábamos lo mismo de los grandes centros de trabajo, centros comerciales, grandes administraciones, bares, etc.. Si de los centros escolares. ¿Por qué?. Ni idea, pues nadie era capaz de aportar un criterio objetivo pero si muchas opiniones de parque y bar.
Se fue confirmando, que más allá de casos aislados, los positivos eran mínimos y sobre todo muy bien gestionados. Nuestras y nuestros más jóvenes, son ejemplo y deberíamos aprender. Es verlos salir de los colegios en orden y disciplinados, también en eso consisten las soluciones, para correr con los padres y madres y entonces éstos si, a juntarse en parques y lugares de esparcimiento, total…
Pocas semanas después comenzó el deporte escolar, el deporte de base. Clubes, colegios, familias, deportistas, pusieron todas las medidas y acciones correspondientes y poco a poco el deporte y la actividad física retorno a las rutinas de jóvenes y familias. Pues por cierto, también para éstas es necesario,
Y en ello estábamos hasta que la segunda ola del Covid llego nuevamente de lleno. En pocas semanas nuevamente en contagios disparados y el numero de fallecidos, como siempre, inaceptable.
En esas reuniones, telereuniones, entre nuestros mandatarios y mandatarias, empezaron a buscar soluciones. El Gobierno central que dice “que él ya no toma las medidas, que ya lo hice y creo que no he acertado. Os paso el marrón, ya si eso, esta vez vosotros. Los autonómicos, que también sois muchos, incluso cobráis mejor y también os tenéis que mojar. Que a mi, luego viene Europa y me da varias collejas. A los autonómicos, que quieren ese protagonismo y ese minuto de gloria, pues vale, déjanos”.
Allí hablaban fraternalmente y alguien dice…, “pero eso de los confinamientos en casa y el cese de actividad, NOOOOO, ¿vale?. Es que nos ha salido por un pico y ya no queda nada. Y fijaros que nos hemos liado pagando ertes (que no hemos pagado quiero decir), lo del ingreso mínimo era un pluff y alguna otra cosa solo marketing. Vamos, que por ahí también nos hemos ahorrado algo. Eso si, estamos sin blanca…, vosotros veréis que hacéis.”
Por mis funciones profesionales, ahora y también hace muchos años me ha tocado gestionar ERTEs, EREs y demás medidas coyunturales o estructurales (excendencias, contención salarial, cierres), que siempre de la mano de crisis, han sido necesarias para mantener la actividad o permitir la salida de trabajadores y trabajadoras cuando ya no había manera de seguir con la actividad. Por ello, no del Covid, pero si de estas medidas soy capar de aportar algo criterio.
Cuando nos encontramos con las nuevas restricciones de primeros de noviembre, cierres perimetrales, toque de queda, cese de actividad en la hostelería, cancelación del deporte escolar/federado y actividades extraescolares y se habla nuevamente de activación de ERTEs, tres colectivos inmediatamente me vienen a la mente:
- Entrenadores/as, monitores/as, responsables de deporte y miembros de clubes.
- Propietarios de bares y camareros/as y todo el empleo y empresas que colaboran y aportan.
- La Cultura. Desde los conciertos hasta esos pequeños bares donde todas las semanas alguien toca o recita poesía.
Se apuesta por medidas menos drásticas, con colectivos más pequeños y no organizados. Sin riesgo de revancha electoral en un futuro, por el perfil del individuo/a y sobre todo, y aquí esta el quid de la cuestión, son medidas que le salen muy baratas a la administración (central, autonómica, local). Pues como decía, las cartillas de los diferentes gobiernos, deben estar hace tiempo en números rojos. Pero vayamos por partes.
La gran mayoría de los trabajadores/as que prestan servicios en esas actividades, por antigüedad, funciones, horas de trabajo pluriactividad, tipos de cotización e incluso malos e ilegales hábitos de contratación, carecen del derecho de cobrar prestación de desempleo. Los mandamos al ERTE, decimos. Sin embargo la realidad es que pocos tendrán derecho a cobrarlo o se les irá agotando.
¿Y los dueños y dueñas de la hostelería, de empresas que gestionan actividades extraescolares, responsables y asalariados de clubes y colegios?. Pues no olvidemos que la gran mayoría vive al día. Sujeto a tendencias y muchas veces ahogado por impuestos, burocracia insalvable y alquileres propios de la usura. Pero no os preocupéis. Nuestros mandatarios/as, sacan y sobre todo publicitan, medidas de apoyo a estos autónomos para que puedan sobrevivir y pasar la travesía de este interminable desierto. Y entonces aparece la tan temida letra pequeña…, esa que no se negocia y que impide acogerse a esas ayudas anunciadas a bombo, platillo y mucho aplauso cómplice.
Y además vamos a por los colectivos más desprotegidos. Por estos nadie sacará la cara y mucho menos se la partirá. Pocos y sin peligro. Ahí no hay bolsa de votos. Ahora no se les ocurre cerrar la actividad de las grandes empresas. Fijaros por ejemplo el dinero publico que consume un ERTE en una multinacional de 5.000 empleados/as. O no se les pasa por la cabeza, como se hizo en 2008, congelación de salarios públicos o incluso reducción. Son colectivos estos muy organizados, peligrosos y muy de premiar. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
¿Y la cultura?. Los conciertos, el teatro, cine, el deporte, circos, incluso las tertulias de bar. Pues colectivos marginales, baratos y donde los que influyen y apoyan, ya están bien cómodos.
Por ello no olvidemos lo fundamental. Estos ceses de actividad salen muy baratos a las administraciones. No pagan, o poco los ERTEs. Siguen cobrando impuestos. No dan las ayudas que anuncian y además son colectivos que no presionan.
El deporte escolar y de base es salud, es amistad, es compromiso, es socializar, es disciplina y crecer. Y sin deporte escolar, pantallas para entretener y redes sociales para despistar.
https://www.noticiasdealava.eus/araba/2021/01/09/gasteiz-clama-vuelta-deporte-escolar/1072571.html
Y los bares, la cultura, esos cines, los teatros, los circos y esos feriantes que nadie sabe, más que ellos, como están pasando esto.
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